
El mejor plan es no tener plan
- Andrea Román

- 2 dic
- 2 Min. de lectura
Dicen que para un viaje largo el mejor plan del primer día es no tener plan: si acaso agendarte algo tranquilo pero sin mucha rigidez en el itinerario.
Yo lo confirmo y es algo que hago en todos mis viajes de +5 días: prácticamente primer y último día no cuentan.
Es el desfile del que todo el mundo habla, pleno día de acción de gracias y a las 7am llego a la estación de metro que me lleva a mi hostal para dejar equipaje. Para eso de las 8 llego y a las 9 estoy lista para salir.
Me encamino al desfile, porque todos hablan de él. De pronto, paro:
Las hojas del otoño estaban ahí, esperando a que pudiera mirarlas antes de caer. Me hago algunas fotos, un par de videos, grito de emoción y no lo creo: lo estoy viviendo.
Por otro lado, en mi camino a la estación de metro que me lleva al desfile pensé que en realidad eso es el equivalente el desfile del 20 de noviembre o el 5 de mayo y yo como local jamás voy a eso…
Bajo en una estación de metro que parece no tener salida entre tantas tiendas, camino, y me reciben paredes de gigantes: edificios interminables, inmensos, espectaculares.
Hay mucha gente, exceso de turistas. El parade sin duda atrae a mucha gente y por eso mismo, todo está cerrado y lo poco abierto, está con demasiadas filas.
Mi mamá me recomendó unos bagels en particular, pero están a reventar. Camino y me encuentro con otros bagels: Harry's Bagels. Adelanto esto: ha sido el mejor bagel de la vida, hasta ahora.
Salgo a caminar: fotos, videos, asombro. Me voy a Central Park y es lo mismo: fotos, videos, asombro; empieza el cansancio.
Para eso de las cuatro de la tarde ya se me había hecho larguísimo el día después del poco sueño y los dos vuelos que casi se me escapan.
Acá, durante esta temporada, atardece muy temprano, lo que le quita el sentido al tarde de atardece. Pasé a buscar café y pan, descansé unos minutos la espalda y del frío y retomé mi camino al hostal.
Llegué a dormir: 10 horas de sueño que tenía pendientes.
Ese primer día entendí por qué quienes visitan, quieren vivir aquí.



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